Consumidos todos, enteros,
pensando en el amor y en
toda la muerte suya,
están parados, sin freno.
Conscientes en sus letargos
solo son estatuas
presenciando las hojas
secas caer al suelo.
Folios tiño con miedo
cuando solo quiero estar solo.
Nadie vale nada, puedo
ser uno más en la calzada,
viviendo conmigo sin querer nada.
Podríamos desaparecer.
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